Tipos de procesos flexibles en las empresas: ¿cómo adaptarse al cambio?

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El aumento de la competencia que supone la globalización, la vertiginosa transformación tecnológico o la evolución de las demandas del consumidor están provocando que las organizaciones actuales se encuentren en un entorno altamente cambiante, donde se hace preciso incorporar procesos flexibles en las empresas para adaptarse a este nuevo escenario.
Tipos de procesos flexibles en las empresas: ¿cómo adaptarse al cambio?
La flexibilidad es casi un ‘Santo Grial’ que todos perseguimos para hacer frente al cambio acelerado e impredecible que afecta a los entornos de nuestras organizaciones”, afirman Eva Rimbau Gilabert y Xavier Triadó Ivern en La flexibilidad laboral en la empresa.

¿Qué es la flexibilidad empresarial?

Según el trabajo Definición de flexibilidad empresarial, este concepto hace referencia a “la capacidad que debe de tener una organización, para poder adaptarse a los continuos cambios (ya sean cambios económicos, tecnológicos, sociales o culturales) que puedan afectar al contexto interno y externo de la organización”, con el objetivo de mantener o mejorar la posición competitiva dentro del mercado laboral.
En este mismo sentido, la profesora Rimbau Gilbert, en el artículo ¿Qué significa flexibilidad en la empresa?, se refiere a la flexibilidad empresarial como “las capacidades de una organización para responder eficazmente a un entorno competitivo, cambiante por tanto, al tiempo que mantiene o mejora su posición competitiva”.
Por su parte, Ángel Martínez Sánchez, María José Vela, Manuela Pérez y Pilar de Luis, en Flexibilidad e innovación: el efecto moderador de la cooperación, exponen que los procesos flexibles en las empresas comprenden aquellos “mecanismos que permiten a las compañías enfrentarse a esta creciente incertidumbre, porque les facilita una respuesta rápida. Es decir, la flexibilidad contribuye a “reconfigurar con rapidez los recursos y actividades en respuesta a las demandas del entorno”, añaden Patrick M. Wright y Scott A. Snell en Toward a Unifying Framework for Exploring Fit and Flexibility in Strategic Human Resource Management.

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Por tanto, como señala Eduardo Bueno Capos, autor de Organización de empresas: estructura, procesos y modelos, los procesos flexibles en las empresas tienen un doble objetivo:

  1. A corto plazo: emplear del mejor modo los factores disponibles para adaptarse a los cambios inmediatos.
  2. A largo plazo: facilitar su adaptación al entorno competitivo y lograr el desarrollo organizativo permanente.

¿Cuáles son los direrentes tipos de procesos flexibles en las empresas?

Ahora bien, en este propósito por adaptarse a las circunstancias actuales del mercado, los directivos deben tener en cuenta los distintos tipos de flexibilidad existentes a nivel estratégico y lograr un equilibrio entre las dimensiones existentes, como apuntan Bent Dreyer y Kjell Gronhaug en Uncertainty, Flexibility and Sustained Competitive Advantage.
¿Cuáles son los tipos de procesos flexibles en las empresas? ¿En qué ámbitos pueden actuar las organizaciones para disminuir la incertidumbre y mejorar su ventaja competitiva? Para optimizar la capacidad de adaptación de las compañías, la toma de decisiones debe abarcar las siguientes áreas:

  1. Flexibilidad estratégica. Propia de la alta dirección, esta modalidad de procesos flexibles en las empresas se refiere a las actuaciones tendentes a modificar las estrategias actuales de forma proactiva para responder de forma más rápida a los cambios. Sería el caso de la introducción de nuevas tecnologías en la organización, la decisión de diversificar el mercado o la aprobación del lanzamiento de un nuevo producto.
  2. Flexibilidad organizativa. También llamada estructural, este tipo de flexibilidad es la que afecta a la organización interna de la propia compañía, desde cómo se distribuyen las tareas hasta qué canales de comunicación interna se utilizan o hasta qué punto se descentralizan las funciones, diluyendo los límites de la organización hasta llegar, incluso, a las llamadas organizaciones sin fronteras, donde personal asalariado, empleados temporales, freelances y proveedores de servicios trabajan codo con codo.
  3. Flexibilidad productiva. En estos procesos flexibles en las empresas, la meta es conseguir optimizar la producción sin incurrir en costes elevados. Hablamos de iniciativas como producir nuevos productos, reubicar a los trabajadores para mejorar el rendimiento, automatizar procesos, reasignar el peso de cada artículo dentro de la fabricación total, reestructurar las líneas de producción o variar el volumen de fabricación en función de las necesidades del mercado.
  4. Flexibilidad laboral. Dependiente directamente del Departamento de Recursos Humanos, esta modalidad consiste en organizar al personal para lograr un mayor rendimiento de los productos y servicios. Dentro de estos procesos flexibles en las empresas, tenemos que diferenciar, a su vez, entre:
    1. Flexibilidad numérica: adaptación del número de profesionales y de las jornadas según las demandas de la producción, ya sea mediante contrataciones y despidos, outsourcing, horarios flexibles…
    2. Flexibilidad funcional: ajuste del personal a cada puesto de trabajo en virtud de sus capacidades y destrezas, creando y deshaciendo equipos de trabajo para cada proyecto.
    3. Flexibilidad financiera: distribución de la remuneración sobre la base de una política salarial individualizada en la que se trate de recompensar el esfuerzo y logros de cada trabajador bajo criterios objetivos.
    4. Flexibilidad en el lugar de trabajo: asignación de una ubicación física como forma de mejora de la actividad empresarial, ya sea mediante movilidad geográfica o políticas de teletrabajo.

Por tanto, para lograr procesos flexibles en las empresas, los directivos deben estudiar todas las posibilidades y aportar una solución coordinada, pues estos cuatro enfoques están interconectados y, al actuar sobre uno, se genera un efecto en el resto. “Es imposible, por ejemplo, introducirse en nuevos mercados (flexibilidad estratégica) si no existe una flexibilidad productiva que permita adaptar el diseño de los productos y la cantidad producida a las necesidades de ese nuevo mercado, contar con un personal capaz de responder a las nuevas exigencias (flexibilidad laboral) y modificar la estructura organizativa para agrupar al personal de la forma apropiada (flexibilidad estructural)”, ejemplifican Rimbau y Triadó.
Para poder desarrollar esta capacidad de adaptación que el mercado impone a las organizaciones, en el Grupo P&A hemos preparado el seminario online Impulsa tu agilidad, con el que los directivos aprenderán a potenciar esta imprescindible cualidad como líderes.

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