3 claves para marcar objetivos efectivos de mantenimiento

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Todos sabemos, como apunta Peter F. Drucker, autor de The Practice of Management, que “los objetivos son necesarios en cualquier área donde el desempeño y los resultados afecten de modo directo y vital a la supervivencia y a la prosperidad de la empresa”. El dilema es cómo marcar objetivos efectivos por parte de los líderes.

Marcar objetivos efectivos

El equilibrio en las metas

Los beneficios que reporta el establecimiento de metas en el ámbito empresarial son aceptados hoy día por prácticamente la totalidad de los directivos, a quienes se les requiere que tengan la habilidad para establecer objetivos ambiciosos, pero realistas. “Muchas personas temen los objetivos exigentes, pero los líderes que establecen objetivos estrictos y trabajan para alcanzarlos son poderosos modelos de conducta para otros y consiguen inspirar y motivar a los equipos”, sostienen los expertos Jack Zenger y Joseph Folkman en el artículo More Inspiring Leadership = Retaining Talent Strategy??

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Sin embargo, poner el listón demasiado bajo conlleva que su consecución no provoque ninguna satisfacción en el equipo, pero situarlo demasiado alto también puede provocar que estos objetivos sean inalcanzables y, por tanto, inútiles. Y he aquí la cuestión: buscar el equilibrio entre la alta exigencia y la sensatez, señalan los autores en el trabajo From BHAG’s to SMART Goals.

En este sentido, utilizar modelos para marcar objetivos efectivos como el de BHAG (Big, Hairy Audacious, Goal) desarrollado por Jim Collins en su libro Built to Last, donde el foco de atención se sitúa en el logro de desafíos, de sueños podríamos decir, que cambien la propia naturaleza de la empresa en los próximos 10-30 años puede resultar de gran utilidad en el largo plazo. ¿Pero qué hay del día a día? “Cuando se trata del trabajo diario de las organizaciones y los individuos, hay tantos objetivos perseguidos que es imposible que todo sea un BHAG”, puntualizan los fundadores de Zenger&Folkman.

En estos casos, los líderes deben guiarse por herramientas para marcar objetivos efectivos como el modelo SMART (Specific, Measurable, Attainable, Relevant, Time-related), formulado por George T. Dorian en There’s a SMART Way to Write Management’s Goals and Objectives.

Pautas para marcar objetivos efectivos de mantenimiento

No obstante, si bien eso ayuda a los directivos a nivel métrico, la pregunta real es ¿qué hace que un objetivo sea inteligente? A menudo se ha descrito esta característica como un objetivo en el que su éxito requiera de un esfuerzo adicional significativo, ya sea para la consecución de una nueva meta, como para el mantenimiento de un, ya de por sí exitoso, statu quo, como repetir, por ejemplo, un beneficio récord en una época convulsa.

En estos casos, cuando la meta es sostener en el tiempo la situación y, por tanto, se pierde parte de la ilusión y motivación que produce afrontar algo nuevo, existen tres factores a los que los líderes inspiradores deben prestar atención para marcar objetivos efectivos:

  1. Centrarse en la recompensa. Los directivos no deben olvidar que, aunque ellos –y muchos otros trabajadores- estén motivados por la propia consecución de la meta marcada, otros empleados no disponen de este compromiso emocional respecto a los objetivos empresariales, por lo que es necesario generarlo por parte del líder. Se trata de provocar en el equipo la sensación de que lograr ese propósito –perpetuar el estado actual- es gratificante mediante la concesión de recompensas acordes a la complejidad del objetivo y el impacto del mismo en la organización, que pueden ir desde muestras de agradecimiento o entrega de premios hasta la concesión de días extras de descanso o bonos e invitaciones a comidas o viajes. Eso sí, es importante establecer y comunicar esta recompensa por adelantado para activar la motivación de los profesionales (refuerzo anticipado).
  2. Emplear emociones positivas. Como explican los autores en The Inspiring Leader, las emociones desempeñan un papel importante en la forma en la que los líderes inspiran, lo que se hace más patente cuando se trata de lograr metas difíciles. Por ello, aunque el objetivo sea el mantenimiento del statu quo, los directivos no pueden caer en el error de mostrarse fríos, entendiendo que conseguir ese mantenimiento es lo mínimo, o mostrar emociones negativas cuando no se logra ese propósito. En consecuencia, los líderes deben transmitir emociones positivas al equipo, alimentado de este modo la confianza que los empleados necesitan para crear una cultura del logro. ¿Cómo? Recordar regularmente los beneficios que supondrá conseguir la meta, expresar la convicción de que el objetivo se va a lograr, mostrar una actitud resiliente sobre cualquier obstáculo que se presente, transmitir el orgullo que suponen los pequeños avances o incorporar el objetivo en las conversaciones son algunas sencillas prácticas que contribuyen a marcar objetivos efectivos de mantenimiento.
  3. Seguimiento y evaluación del progreso. Marcar objetivos efectivos y disponer del compromiso de la plantilla son solo parte de los retos; conservar este impulso es quizá la fase más crucial del proceso. De este modo, igual que las personas que quieren perder peso llevan un diario de comidas para refrescar su meta y disuadirlos de comportamientos indebidos, en la empresa es importante introducir constantemente los objetivos en la mente de los trabajadores y aportar actualizaciones periódicas sobre el progreso para reforzar el compromiso. Por ejemplo, los líderes pueden crear una tabla de progreso que muestre en qué punto se encuentra el proyecto, destacar los hitos importantes en las reuniones semanales o crear un blog de trabajo para los trabajadores implicados en la iniciativa.

Para ayudar a marcar objetivos efectivos, en el Grupo P&A contamos con el curso online Gestionar mejor tu tiempo y controlar tus objetivos, en colaboración con CrossKnowledge, donde los directivos pueden descubrir una matriz empleada como herramienta de PNL (Programación Neuro-Lingüística) para abordar de forma práctica, útil y eficaz la comprensión y modificación de la conducta humana en distintos contextos y facilitar la consecución de las metas.

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