Las retribuciones dinerarias han sido testigo de una gran evolución con el paso de las épocas e incluso en la actualidad estamos viendo cambios drásticos en cuanto a su planteamiento. Es conveniente conocer el pasado para tener una imagen más adecuada del presente, algo que haremos a continuación a través de un viaje por las distintas épocas de la humanidad.

retribuciones dinerarias

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Así comenzaron los salarios

Tal y como podéis imaginar, no existe un registro que nos indique cuál fue el primer trabajo pagado que se hizo en la historia de la sociedad humana. No obstante, se estima que el primer salario se entregó en la revolución del neolítico, más o menos entre 10,000 Antes de Cristo y 6000 Después de Cristo. Las investigaciones realizadas por expertos opinan que este pago se produjo en una aldea o en una ciudad y que posiblemente estuviera relacionada con algún tipo de trabajo físico. Si nos remitimos a pruebas auténticas que detallen la existencia de un salario, aunque en este caso representado en especie y no de forma dineraria, tendremos que situarnos en Mesopotamia, de donde se guarda una tabla de arcilla con el gráfico que marca las jarras de cerveza que recibían los trabajadores, la comida que se llevarían y otros incentivos en base a su esfuerzo. Esa muestra data de 3100 Antes de Cristo.
En el Imperio Romano los salarios ya estaban mucho más estipulados a la vista de que se trataba de una sociedad más organizada y fortalecida que escribió las bases de una gran cantidad de procesos aún utilizados en el presente. Los soldados romanos tenían su propia retribución, así como los altos cargos políticos. En algunos casos no se pagaba con moneda, sino con artículos necesarios para la vida, desde comida hasta ropa. En otras situaciones sí que se hacían pagos, pero eran de periodicidad anual. También era una época en la cual existían el esclavismo, por lo que no todos los trabajadores cobraban un sueldo. Otro tipo de profesionales, los artesanos, herreros y demás clases, adoptaban aprendices a los que tampoco pagaban, pero a los que enseñaban a cambio de su trabajo.
La revolución industrial introdujo muchos puestos de trabajo nuevos y comenzó a ser frecuente que se pagasen las horas trabajadas. Se vislumbró un tiempo en el cual, entre los años 1520 y 1650, comenzaron a estipularse muchos más sueldos. Además de los pagos por hora se repartían pagos diarias y pagos en base al trabajo que se hubiera realizado, como forma de control y de potenciar los beneficios de las empresas. Había llegado un cambio notorio que resonaría con fuerza con el paso de los años. En esta época también fue común que se repartieran acciones y beneficios entre los miembros de la empresa, una forma de incentivar al empleado que sigue utilizándose hoy día.

El cambio de la segunda revolución industrial

Con la llegada de la segunda revolución industrial (1870-1930) la sociedad actualizó su forma de vivir y la industria creció sin ningún tipo de límite. Fue entonces cuando se construyeron todas las estructuras que conocemos de hoy día, como vías de tren o circuitos eléctricos. Todo ello no necesitaba solo profesionales que supieran trabajar directamente en vivo, sino también personas que se ocupasen de planificar. Entonces fue como nació el trabajo de oficina, una importante corriente que iría ganando terreno en todo el mundo y que aportó una manera muy distinta de vivir a las personas. En estos trabajos se realizaban gestiones, procesos y se controlaba todo lo que ocurría en el exterior, en el lugar donde los operarios trabajaban. Sin sus habilidades era imposible realizar un trabajo, pero también era imposible hacerlo sin la planificación que se llevaba a cabo en la oficina. Esto obligó a estipular sueldos, dado que el trabajo de oficina no era tan cuantificable como el trabajo directo en fabricación o montaje.
Posteriormente llegó el siglo XX y el resto es historia. Lo que ocurrió en este siglo es que se potenció el trabajo de oficina al tiempo que se reducía el trabajo directo. Por ello era más necesario estipular unas retribuciones económicas determinadas e implementar unos salarios. Para el futuro se cree que esto irá en aumento a la vista de que cada vez hay más procesos automatizados que derivan el trabajo de las personas a las oficinas y los laboratorios.

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