Práctica deliberada o cómo ser un experto en cualquier campo

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La condición genética o las habilidades innatas han sido tradicionalmente los argumentos para explicar la maestría que tienen algunas personas en sus respectivos campos. Sin embargo, las investigaciones científicas han desvelado en las últimas décadas que los profesionales excepcionales no nacen, sino que se construyen a sí mismos a través de la práctica deliberada.
Práctica deliberada o cómo ser un experto en cualquier campo
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Como recogen Anders K. Ericsson, Ralf Th. Krampe, and Clemens Tesch-Romer en su trabajo The Role of Deliberate Practice in the Acquisition of Expert Performance, “la gente cree que los expertos están dotados de características cualitativamente diferentes del resto y, si bien es un hecho que presentan desempeños distintos a los normales, negamos que estas diferencias sean inmutables, es decir, derivadas de un talento innato, sino que proceden de un largo período de esfuerzo deliberado para mejorar en un campo específico”.

¿Qué es la práctica deliberada?

Esta teoría se la debemos, principalmente al psicólogo sueco Anders K. Ericsson, quien ha dedicado parte de su carrera a estudiar cómo los profesionales de distintos ámbitos se convierten en expertos.
¿Cuál es la clave para alcanzar la excelencia empresarial? Según el también autor de What’s exceptional about exceptional abilities?, es la práctica lo que permite a cualquier persona alcanzar su máximo potencial, pero llevada a cabo de una determinada manera. Es decir, la mera repetición conduce al estancamiento y el automatismo, mientras que una práctica deliberada, enfocada de forma consciente hacia la mejora e innovación, es lo que impulsa a los trabajadores hacia la perfección.
Para esta teoría, el modelo de excelencia basado en el talento innato debe sustituirse por una concepción de la excelencia basada en el esfuerzo, donde todas las personas sean conscientes de que tienen la opción de convertirse en maestros en sus respectivos campos mejorando paulatinamente sus habilidades y capacidades.

¿Cuánto tiempo lleva alcanzar la excelencia?

Ahora bien, dominar y destacar en cualquier actividad no es cuestión de semanas o meses, sino que puede llevar décadas.
En concreto, según descubrieron Herbert A. Simon y William G. Chase en su estudio Skill in chess, los ajedrecistas del más alto nivel contaban, en todos los casos, con al menos una década de intensa preparación, mismo tiempo que necesitan los grandes músicos y compositores, según recoge John R. Hayes en The complete problem solver.
Por su parte, en Comparison of scientific and literary ability: A biographical study of eminent scientists and letters of the nineteenth century, Raskin estudió a los científicos y poetas más famosos del siglo XIX y llegó a la conclusión de que la media de edad en la que publicaron su primer trabajo fue de 24,2 y 25,2 años, respectivamente, pero la gran obra de sus carreras no llegó hasta los 35,4 y 34,3 años de media, en cada caso.
Erikson también profundizó en el tiempo de práctica deliberada que necesitan los músicos para llegar a la cúspide, determinando que los maestros a nivel mundial contaban con al menos 10.000 horas de entrenamiento; los buenos músicos, con 8.000 horas y los profesionales más mediocres, con 4.000.

¿Cómo se lleva a cabo esta técnica?

Como dice el dicho popular, “la práctica hace al maestro”, aunque para ser innovadores y evolucionar hacia la perfección, hay que aplicar varias pautas durante este proceso de mejora:

  • Concentración en la evolución. Como señaló Albert Einstein, “si buscas resultados distintos no hagas siempre lo mismo”. Y es que un profesional, por más que repita la misma acción, nunca se va a convertir en un experto si no focaliza su atención en optimizar la forma de hacerlo.
  • Segmentación de objetivos. Según la Teoría de la práctica deliberada, la mejora continua es mucho más efectiva cuando se divide la actividad en pequeñas partes. Por ejemplo, convertirse en un líder extraordinario puede ser una meta apabullante para lograr de una sentada, pero resultará más fácil si nos concentramos en desarrollar paulatinamente las distintas características de este tipo de liderazgo (comunicación, innovación, trabajo en equipo…).
  • Análisis de resultado. Introducir pequeños cambios para incrementar la excelencia está bien, siempre que se compruebe que estas modificaciones realmente conducen a la mejora, por lo que es importante evaluar la práctica deliberada para solventar los posibles errores.
  • Incremento de los desafíos. Para conseguir la excelencia es imprescindible salir de la zona de confort, pues de otro modo se cae en la mediocridad. La práctica deliberada requiere de la introducción de nuevos retos que aceleren el proceso de perfeccionamiento.

Conscientes de que el dominio y la mejora continua es fruto del esfuerzo y la práctica, en el Grupo P&A ofrecemos Servicios de Consultoría de Excelencia que permitan a las empresas desarrollar una gestión de calidad, mejorando procesos, incrementando productividad y competitividad, optimizando recursos, eliminando desperdicios, reduciendo costos e innovando soluciones.
 
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