La contribución individual a los resultados de la empresa no está definida por la posición que se ocupa en la jerarquía sino por el compromiso de la persona con su  trabajo. Cuando una contribución individual no llena las expectativas que tiene su puesto la capacidad de éxito de toda la organización está comprometida.
Las causas de esta falta de compromiso son muy dispares. Algunas de las más importantes son las siguientes:
       Falta de interés por el cometido del puesto.
       Falta de recursos para el desempaño del puesto.
       Estilo de liderazgo inapropiado, especialmente por parte del superior inmediato.
       Permanecer en un mismo puesto por un largo tiempo y no continuar progresando.
Voy a referirme a la última de estas causas. La mayoría de las personas necesita tener una perspectiva de progreso en un escenario de desarrollo profesional, y la empresa debería responder a este reto  de nuestros días. Es importante un cambio de mentalidad empresarial para que el desarrollo de la carrera de la gente no esté limitado por la estructura de autoridad de la organización sino que pueda ser  contemplado desde diferentes etapas de desarrollo.
A Dalton & Thompson debemos la demostración de que las carreras se desarrollan y progresan en cuatro fases o etapas:
       Principiante: Trabaja bajo la dirección de otro; asume tareas que son parte de actividades más importantes; aborda un período exigente de aprendizaje; cumple un trabajo que es detallado y rutinario; acepta voluntariamente la supervisión.
       Profesional: Trabaja con mínima supervisión; produce resultados sin que se le indique cómo llegar a ellos; gestiona el tiempo y cumple con los plazos; trabaja en equipo cuando es necesario; desarrolla su competencia técnica; y exhibe iniciativa y creatividad.
       Mentor: Disfruta enseñando y compartiendo información; muestra interés en el desarrollo profesional de los demás; ayuda al éxito de la gente, sean sus colaboradores o no; comparte voluntariamente cualquier reconocimiento y éxito; permite que la gente haga sus tareas técnicas, manteniéndose en un segundo plano.
·         Visionario: Ve la organización como un sistema integral; adopta perspectivas a largo plazo cuando toma decisiones; examina el entorno y la competencia para asegurar el alineamiento de la empresa; identifica oportunidades para nuevos productos o mercados; lidera cambios significativos en los sistemas y procesos;  disfruta construyendo competencias organizacionales a largo plazo.
A medida que se avanza, la gente quiere saber como puede continuar desarrollando su carrera y evitar quedarse estancados. Una respuesta inteligente de la empresa es valorar adecuadamente los niveles de progreso de los empleados independientemente de la posición jerárquica que ocupan en la estructura organizativa. Como consecuencia de ello, los individuos pueden contemplar estas etapas como estímulo para  su continua contribución al éxito de la empresa, lo que a su vez supondrá la solución de los problemas de compromiso de muchos empleados.
Mariano Operé, director de Estudios del Grupo P&A

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