Neuronas espejo: cuando la motivación cognitiva personal se contagia

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Entras en un establecimiento y te atiende una persona con una cálida sonrisa. Puede que tengas un mal día, pero su actitud provocará en ti una respuesta similar. Al contrario, a pesar de estar de buen humor, si alguien se dirige hacia ti de forma negativa, tu reacción irá en la misma línea. De esto se trata las neuronas espejo y la motivación cognitiva.

¿Por qué se produce este efecto? Entran en juego las neuronas espejo, llamadas también neuronas de la empatía, un tipo de conexiones químicas cerebrales que provocan un comportamiento imitativo entre las personas.

Guía: ¿Cómo ser un buen líder de equipo?

¿Cómo funcionan las neuronas espejo en la motivación cognitiva?

Aunque su existencia fue descubierta en 1996 por científicos de la Universidad de Parma en estudios con monos, los avances en la rama de la neurociencia, especialmente por Marco Lacoboni, también han desvelado su impacto en el comportamiento imitativo y empático de los humanos.
Las neuronas espejo son las que nos hacen aprender desde pequeños; nos llevan a reírnos sin saber por qué al ver a otro carcajeándose; nos retrotraen al pasado a través de olores o sonidos; o nos ayudan a relacionarnos con los demás, creando vínculos emocionales a partir del tono de voz o la expresión de su cara.
La investigadora Marie Dasborough realizó un estudio sobre el impacto de las neuronas espejo en el ámbito laboral. Dividió a los participantes en dos grupos: el primero recibió un feedback negativo sobre su desempeño profesional pero transmitido de forma positiva (con sonrisas, asentimientos de cabeza…), mientras que el segundo fue valorado positivamente pero con un mensaje emocionalmente negativo (ceño fruncido, ojos entrecerrados…). Preguntados sobre la evaluación recibida, el primer grupo aseguró que su desempeño había sido mejor que el segundo, ya que la forma de trasmitir el mensaje fue más relevante que el contenido del mismo.
Por mucho que lo intentes, las neuronas de la empatía determinan tus acciones. Si bien no diferencian entre conductas positivas o negativas a imitar, podemos emplear su funcionalidad para incrementar la motivación personal de los trabajadores.
 

El líder resonante: impulsor de la motivación cognitiva

Conscientes de los efectos de las neuronas espejo. ¿Por qué no aprovechar sus beneficios para aumentar la implicación de los empleados? Surge así el concepto del líder resonante, dentro de las neurociencias aplicadas a la gestión empresarial.
El neuroliderazgo apuesta por impulsar la capacidad de los directivos de contagiar sus emociones y actitudes al resto del equipo. Un responsable puede llegar a una empresa con impecable currículum, pero su éxito en el puesto dependerá de su habilidad para conectar socialmente con los empleados.
Por tanto, si conseguimos irradiar compromiso, positividad, proactividad, asertividad, etc., recibiremos una respuesta correlativa en aquellas personas con las que trabajamos. Desarrollando nuestras propias habilidades, podremos modelar las actitudes de nuestros colaboradores. Más aún, si tenemos en cuenta que el respeto existente entre empleados y líderes conlleva una respuesta subliminal más rápida y profunda a las neuronas espejo.
Es más, Daniel Goleman, experto en inteligencia emocional y liderazgo, considera que en un grupo de trabajo no intervienen cerebros independientes, sino que “las mentes, en cierto modo, se fusionan en un solo sistema”, generando una sensación de experiencia compartida.
 

¿Cómo contagiar la motivación personal?

Puede parecer muy complejo hablar de neurociencia y neuronas espejo, pero lo cierto es que podemos convertirnos en líderes resonantes y activar la motivación personal de la plantilla con una serie de sencillos comportamientos:

  • Autoanalizando nuestras propias actitudes y emociones a la hora de relacionarnos con el resto. Así seremos conscientes de qué mensaje estamos enviando a través de nuestro tono de voz o lenguaje corporal y verbal.
  • Cuestionándonos cuál es nuestra respuesta ante determinadas conductas para poder ser conscientes de las sensaciones que provocan y poder aplicarlas a nuestro comportamiento.
  • Controlando las emociones en situaciones de crisis, para eliminar las respuestas negativas y evitar un contagio al resto del equipo.
  • Desarrollando una actitud optimista que propicie un ambiente laboral positivo que se extienda por toda la empresa.

Así, la próxima vez que sientas que tu equipo presenta poca motivación cognitiva personal, plantéate si no es tu actitud la que está generando esta respuesta a través de las neuronas espejo.
 
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