¿Cómo funciona el cerebro de un gran líder en la toma de decisiones?

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El cerebro del líder en la toma de decisiones
 
Una persona solo puede realizar un cálculo de forma simultánea de manera consciente, mientras que el subconsciente realiza a la vez billones, según sostiene el Instituto de Neuroliderazgo. De ahí la necesidad de profundizar en las investigaciones sobre cómo funciona el cerebro de los líderes en la toma de decisiones y la cada vez mayor importancia de las Neurociencias.

Los avances en este campo van a pasos agigantados y, aunque aún queda mucho camino por recorrer, ya podemos viajar a la mente de los directivos durante la toma de decisiones en situaciones de presión, la resolución de problemas complejos, la negociación de una transacción o los procesos de persuasión.
Es muy amplia la literatura sobre management  y liderazgo desde el punto de vista sociológico, pero todavía existen numerosas lagunas de conocimiento sobre el comportamiento de los directivos. Es aquí donde la ciencia aplicada a la gestión empresarial entra en juego, completando el mapa mental de los líderes.
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Guía: ¿Cómo ser un buen líder de equipo?

 

Más intuición que lógica en la toma de decisiones

Si pudieras observar el cerebro de un directivo durante un decisión, ¿qué parte de su mente crees que se activaría? ¿La lógica y racional o la social y empática?
Este experimento lo realizó Roderick Gilkey, profesor de Psiquiatría en la Emery University. El investigador escaneó a través de una resonancia magnética los cerebros de un grupo de ejecutivos mientras tomaban una decisión estratégica.
Aunque la corteza prefrontal, generadora del razonamiento lógico, mostró cierta actividad, la mayor intensidad se concentró en las zonas cerebrales asociadas al pensamiento social y emocional.
El estudio concluyó que la empatía de los directivos los convierte en grandes líderes más allá de su capacidad analítica más racional, ya que la efectividad de nuestra toma de decisiones depende en gran medida de cómo reaccionen los afectados.
 

Si quieres creatividad, relaja los plazos

Según el estudio desarrollado por el profesor Richard Boyatzis, de la Case Western Reserve University, establecer fechas límite aumenta los niveles de estrés de las personas, por lo que si estamos sometidos a plazos demasiados estrictos centraremos nuestros esfuerzos en hallar una solución a tiempo, pero no la mejor opción posible, puesto que no se activa la parte del cerebro encargada de generar ideas creativas.
Obviamente, el tiempo es oro en las empresas, así que si no podemos ampliar los plazos de entrega, la vía que nos queda es aprender a redirigir la ansiedad hacia un estado de relajación que permita obtener propuestas innovadoras.
De ahí que muchas personas, ante circunstancias de alto estrés donde incluso su vida corre peligro, se queden paralizadas, incapaces de encontrar una vía de escape factible. Solo cuando nos hacemos con el control, hallamos soluciones.
Por su parte, los estudios desarrollados por Matt Lieberman han puesto de manifiesto que los humanos contamos con una zona de frenado, ubicada detrás de cada sien, que actúa a nivel emocional, psicológico y físico. Este mecanismo es muy limitado, en términos generales, pero se puede desarrollar a través de programas de liderazgo que nos enseñen a afrontar la toma de decisiones en situaciones de crisis.
 

Liderando con el cuerpo y el positivismo

Otra investigación en el campo del Neuroliderazgo es la elaborada por Alexander Pentland. A través de sus estudios, el experto ha conseguido determinar si un directivo tendrá éxito observando exclusivamente las señales no verbales que emite.
Junto a estas conclusiones, el doctor Boyatzis quiso saber cómo recordaban los empleados a un líder inspirador. Analizando su actividad cerebral, descubrió que las áreas del cerebro vinculadas al comportamiento social se activaron cuando pensaban en un jefe al que respetaban, demostrando que es la capacidad del directivo de crear vínculos sólidos con los trabajadores lo que los convierte en grandes directivos motivadores, desterrando la concepción del ejecutivo frío, racional y duro.
 

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